jueves, 17 de junio de 2010

Lágrimas de una doncella de hierro

Ahí se encontraba ella, sentada al costado de uno de los muchos caminos de la vida, pensando sobre cómo seguir, cómo poder continuar después de tantos errores y equivocaciones. Seguir ? es fácil, pero... Cómo saber si te estás equivocando devuelta ? Si no estás cometiendo más errores ? Imposible es saberlo de antemano. Tengo que vivir, tengo que arriesgarme, sino no sigo más pensaba. Tenía ganas de salir, disfrutar, hablar, hacer tantas cosas... Pero el no hacerlas por miedo era lo que la estancaba, lo que le ponía barreras para evitar seguir. Cómo mierda puedo hacer para seguir por el buen camino sin nadie que me ayude ni me indique por dónde seguir ? La pobre doncella seguía haciéndose preguntas para las que era difícil conseguir una respuesta. Pero en sí, eran preguntas que tenían sentido. Estando sola, triste y amargada, es difícil que alguien te aconseje sobre cosas que no puede comprender. Claro, es difícil que un abogado aconseje a un médico forense sobre trabajo, no ? Bueno, ella estaba triste porque no sabía que hacer, pero estaba más triste porque ninguno de sus amigos podía ayudarla, ya que nadie entendía o no quería entender por lo que estaba pasando. Tengo que ser fuerte, no tengo que llorar decía en voz baja, mientras que por una de sus frías mejillas corría una lágrima metálica. No tengo que llorar por pavadas... Pavadas ? Ahora los problemas de amor son llamados pavadas. No hablo exactamente de falta de amor, engaños o corazones rotos... Podría decirse que es un amor no correspondido ? No, tampoco. Al inicio, puede presumirse que era un amor feliz; Ambos estaban contentos, disfrutando de la compañía mutua, los abrazos y las sonrisas compartidas. Pero sorprende cómo con sólo unas pocas palabras, todo eso puede desmoronarse en cuestión de segundos. La separación y la distancia entre la doncella y el joven iban en aumento a partir de ese día, y su relación se enfriaba cada vez más y más. Ella nunca fue confiada en el amor; Fea, insegura, tímida, introvertida... Nunca se hubiera animado a pasar por una experiencia semejante con alguien. Pero luego de tantos intentos fallidos y tantas mentiras, finalmente sus fuerzas y su corazón quieren darse por vencidos. Mientras se ponía a meditar y a pensar en lo mucho que quería volver el tiempo atrás y jamás haber dicho lo que dijo, más lágrimas de metal seguían derramando sus oscuros ojos... Basta, tengo que seguir como sea. Alzó la vista: Las nubes habían cubierto todo y empezaban a caer unas las primeras gotas, mientras que los relámpagos se combinaban haciendo distintos juegos de luces. Cielo, definitivamente te sentís como yo... Negro, vacío y triste... A veces siento que tenemos una conexión... Bajo el cielo ennegrecido, la doncella se disponía a emprender camino hacia otra parte, a ponerse a pensar sobre sus penas de amor, esperando cuándo podía, finalmente, ser feliz plenamente, pensando sobre su amor, deseando que él esté pensando en ella. Su férreo corazón latía constante, pero débilmente, al mismo tiempo que de sus ojos seguían brotando lágrimas de metal. Finalmente, ya en el camino hacia algún lugar, en su entristecido rostro se vio dibujada una sonrisa; Eran los recuerdos de los momentos con su amor que, ella esperaba, volvieran a ser tal y como lo habían sido días atrás...

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