jueves, 2 de septiembre de 2010

Pesadamente, con mis ojos cargados de rabia y lágrimas, arrastro mis pesadas cadenas que me mantienen atada a esta inmunda soledad mientras que cada día muere una parte de mí…

Yo sigo buscándote, y no me detendré hasta encontrarte; hasta que pueda descargar toda la fuerza de mi bronca en tu cuerpo y hundir una bella hoja de acero en tu delicado cuello. Tajarte, llenarte de cortes y hacerte sangrar, como bien sabes que mi alma ha sufrido. Ya lo pasarás, te lo haré pasar por hijo de perra, verás lo que se siente caminar un rato en mis zapatos

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