lunes, 3 de octubre de 2011

The door is closed, so are your eyes...

… But now I see the sun? Sí, porque para mi suerte, no estoy cegada; ahora más que nunca la visión la tengo perfecta. Los ojos bien abiertos [alerta], el corazón vacío [vacié la papelera de reciclaje] y la conciencia limpia [whatever, es historia]… Típicamente, el resultado de un borrón y cuenta nueva que jamás he vuelto a empezar. Ahora vendría a preguntarme cómo puede ser posible que el orgullo, la altanería y la soberbia puedan cegar T A N TO a una persona. Sentimientos asquerosos, convierten a una persona que pensé que peor no podía caer; creyendo que la degradación auto infligida en algún punto iba a detenerse, pero caí en la cuenta de que me había equivocado… O capaz que, como a mí me cambió el dolor [hablo de mi forma de pensar y mi forma de desenvolverme en el medio], a él el “dolor” le hizo vomitar el resentimiento y la bronca que, evidentemente, me tuvo siempre. Poco tolerante, discriminador y superado. ¿Tanto odio te quedó hacia mí adentro? ¿Tanta tierra tenías para tirarme una vez que sabías que estaba todo perdido? ¿Tanta rabia es la que tenés en la cabeza que te deja ciego? Y ahora que ya pareciera que tu arsenal de puteadas y recriminaciones se quedó sin municiones, venís rengo, cansado, a sacar la bandera blanca a pedir paz. Justo ahora, después de haberme dicho toda la mierda que me dijiste, después de haberme hecho sentir una mierda, después de quererme hacer pensar que realmente soy una mierda y demás cosas que me dijiste, justificado con un estaba caliente, venís a hacerte el buenito y a seguir insistiendo en defender lo indefendible. Claramente me doy cuenta que no entendiste una mierda cuando te dije “no me hables, no me mires, no me busques, no respires mi aire, no nada conmigo ni relacionado a mí” ¿A dónde pensás llegar así? Me tirás con todo indirectamente; escribís tirándome mierda, haciéndole una imagen errónea de mí al infeliz que lo lee y se lo traga, me puteás y me bardeas en todos colores, con todo lo que no me atacaste en 8 meses (mis gustos musicales, la ropa que uso, mis actitudes, mis formas de hablar y expresarme) y ¿ahora venís en el papel de pobrecito? ¿Acaso así pensás recuperar algo de lo que yo te daba? Error, groso error eh.
Sinceramente, nunca me imaginé que todo lo que prometías, lo que decías sentir y lo que supuestamente me expresabas desde lo profundo de tu ser, se iba a ir tanto a la mierda como se fue gracias, a vos, y a tus calenturas con señoritas de la noche [en otras palabras, P U T A S], sumado a tu estúpido orgullo masculino y a tu asombrosa habilidad de insultarme de tantas maneras y con un abanico tan amplio de palabras… Realmente me dejó sin palabras. Ahora, que vaya otra pobre infeliz a creerte el cuentito, yo no me lo trago más. Ni tus actuaciones, ni tus rencores ni nada que se relacione a vos. La puerta sigue cerrada, sí, también tus ojos. No los abras, me la sudan tus falsos arrepentimientos, cosa que no es la primera vez que veo. Pero ahora, sin vos, puedo ver el sol.

1 comentario:

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